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La Casa del Kurupira hostal

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Leticia, Amazonas. Colombia

​Habitación Kurubo

Con dos camarotes (tres camas sencillas, una cama doble y un ventilador de techo. Ventana.

Tarifa x noche

 

Reserva habitación privada:

1 persona: 50.000 x habitación

2 personas: 60.000 x habitación.

Pasajero adicional: 25.000 cada uno .

Tribu Kurubo

El pequeño grupo korubo contactado en 1996 hoy está dividido en dos comunidades en el bajo Ituí: una queda cerca de la sede del Frente de Contacto y la otra está en el terreno antes ocupado por la antigua comunidad Mário Brasil. Al principio, se constató que los Korubo no tenían nombre para sus comunidades, aunque recientemente algunos han llamado a la comunidad Mário Brasil deTapalaya.

 

Cada una de las comunidades está constituida por una maloca, donde habita más de una familia, y por algunas viviendas más chicas que agrupan un número reducido de personas. La maloca es semejante a la de los Matis, con algunas diferencias: solo hay una o dos puertas de entrada, sin puertas laterales. La más nueva está construida a semejanza de los palafitos de la región. Si bien su forma externa sigue el modelo tradicional, en la parte interna fueron incorporadas características propias de las casas de los ribeirinhos, como una estructura en suspensión hecha con palo de paxiúba (tipo de palmera). También hay casas elaboradas a partir del modelo de casa de los ribeirinhos.

 

En algunas casas tradicionales, hay agujeros en el suelo para meter las porras cercanas a los palos utilizados para colgar las hamacas tradicionales, las industrializadas que les fueron regaladas por la gente de la Funai o aquellas intercambiadas con los Matis. La disposición de las columnas de madera que sostienen la maloca parecen tener también la función de separar compartimentos familiares y organizar las hamacas.

Cerca de las casas, están los senderos que conducen a los terrenos de cultivo de yuca, banana, pupunha (tipo de palmito) y maíz tradicional.

 

No hay un puesto Indígena en las comunidades, sin embargo el grupo recibe, desde 1996, la ayuda de los integrantes del Frente de Protección Etno-Ambiental del Valle del Javari, institución que forma parte de la Coordinación General de Indios Aislados (CGII-Funai). Entre los miembros del equipo, hay colaboradores indígenas  de los Matis, Marubo, Mayoruna y Kanamari, funcionarios de la Funai e  indigenistas formados por un convenio entre el Centro de Trabajo Indigenista (CTI) y la CGII, además de un profesional de salud de la Funasa.

 

El puesto de vigilancia y protección localizado en la confluencia de los ríos Ituí e Itaquaí – la base del Frente – controla y registra el paso de quienes suben y bajan el río, incluso de los indígenas habitantes de la Tierra Indígena, para evitar así la entrada de personas no autorizadas por la Funai y un posible contacto con indios aislados, además de impedir el avance de grupos de explotación de recursos naturales. Los viajeros son siempre alertados sobre la presencia de los indios aislados y los riesgos que un contacto puede traer a estas poblaciones, sobretodo en lo que se refiere  a la propagación de enfermedades.

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